domingo, 6 de julio de 2008

Anne- Sophie Mutter

Nuestra lengua, rica en refranes dice que "lo bueno viene en bote pequeño". Ciertamente no siempre es así pero hoy voy a apropiarme del dicho para aplicárselo al hermano pequeño de los instrumentos de cuerda: el violín. Pequeño en tamaño, simple en forma y esqueleto, pues únicamente tiene cuatro cuerdas y carece de trastes, es sin embargo, objeto de veneración. Grandes artesanos han conseguido piezas maravillosas por las cuales se llegan a pagar cifras astronómicas. El hermano pequeño es, por lo tanto, el más importante de la familia y, en mi opinión, el que produce los sonidos más expléndidos, así como el más difícil de tocar. Imagino yo, quizás ingenuamente, que su pequeño tamaño, y la posición del violín para ser tocado, no debe ser muy cómoda para el músico en la ejecución de piezas musicales, sospecha de la que nace en buena parte mi admiración por l@s violinistas.
Hace unos meses, en febrero concretamente, en el suplemento Babelia de El País,apareció publicada una entrevista a Anne- Sophie Mutter, una de las mejores violinistas que hay actualmente. Me gustó mucho la entrevista así que la recorté y la guardé. Aparte de su arte en la interpretación con el violín me gusta su modo de entender la música. Entre otras muchas cosas decía: "Creo en la música como una religión creativa, que no nos castiga y nos da esperanza. La música lo da todo". Aboga por la educación musical ya desde la infancia "para aprovechar toda esa hipersensibilidad de los niños y desarrollar el humanismo, la igualdad y el respeto a la diferencia". Cuando le preguntan si no se debería sacar a la música clásica de un terreno "demasiado exclusivo", ella responde diciendo que lo que hay que hacer es recuperar la espontaneidad en los conciertos, devolver a la música la sensación estar creándola en el mismo momento de la interpretación . Lo que más me gustó es que no quiere llegar a la perfección porque, según ella, una vez que hayas la clave , tu vida se termina, "perseguir logros es fundamental, no puedes llegar a las estrellas si renuncias a tu espíritu de superación".Me encanta esta última frase, supongo que resume un poco mi forma de entender la vida.
He escogido el vídeo que acompaña a este post porque en él aparece con Von Karajan. Tocó con él durante 13 en la Filarmónica de Berlín. De él aprendió a mejorar su técnica por ella misma, él le decía lo que quería y ella tenía que dárselo. Espero que disfrutes de la pieza.